Acoso laboral

Acoso laboral.



El acoso laboral es una de las formas de violencia en el trabajo, pero por 
 sus características y por algunas de sus consecuencias propias, parece que debe 
 
ser tenido en cuenta como una forma específica de riesgo laboral y no sólo como 
 
forma de violencia laboral. Los efectos de los atentados a la propia dignidad e 
 
intimidad del trabajador no tienen ni la misma forma, ni la misma naturaleza ni 
 
las mismas consecuencias que puede tener un atraco o asalto o la violencia física o verbal de un cliente. Los efectos del acoso laboral en la salud de los trabajadores son de clara importancia y están teniendo una atención cada vez mayor por la jurisprudencia de los diferentes países europeos. 


El mobbing o acoso laboral es considerado actualmente uno de los riesgos 
 
laborales más importantes en la vida laboral. En la actualidad es descrito por 
 
algunos autores como el tópico de investigación de los años 90 (Hoel, Rayner y 
 
Cooper, 1999) y un serio problema laboral (Salin 2003). 

La resonancia que ha tenido este fenómeno en el contexto laboral ha 
 
llevado a profundizar y precisar las variables presentes en el proceso del acoso: 
 
antecedentes, consecuentes y factores moderadores y mediadores. En los últimos 
 
años, se han desarrollado numerosas investigaciones que han contribuido a 
 
ampliar considerablemente el listado de variables relacionadas con el acoso 
 
psicológico. A pesar de ello, la investigación sobre acoso psicológico aún 
 
presenta cuestiones que permanecen sin resolver y que deberán ser afrontadas 
 
en los próximos años. Resultan escasas las investigaciones que se han basado en 
 
modelos teóricos. Para explicar las relaciones existentes entre el acoso y las 
variables halladas en los estudios sería necesario recurrir a marcos teóricos 
 
sólidos. El desarrollo de modelos de acoso facilitaría el análisis de los factores 
 
presentes en los diferentes momentos de su desarrollo, lo que ayudaría a la 
 
implantación de estrategias de intervención y de prevención adecuadas en cada 
 
fase del proceso. En este sentido, apenas se han realizado estudios sobre la 
 
eficacia de programas de intervención para prevenir el acoso o mitigar sus 
 
efectos (Beswick, Gore y Palferman, 2006). 










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